- La entidad, que agrupa a 274 asociaciones de
toda la región, demanda la apertura de un diálogo honesto y abierto que cuente
con el parecer de todos los actores en juego
- Lamenta que el Ayuntamiento de Madrid asuma
una propuesta de modificación horaria sin que se haya debatido en la Mesa del
Ocio de la capital
Madrid, 7 de abril de 2017. La Federación
Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), que agrupa a 274
colectivos de barrio de la comunidad autónoma, rechaza frontalmente las
pretensiones de Cristina Cifuentes de ampliar el horario de cierre de los
locales de ocio durante las “fiestas de interés general” que,
sorprendentemente, ayer recibieron el apoyo de la delegada de Medio Ambiente y
Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés. La FRAVM, que lleva años
reclamando una normativa más restrictiva con objeto de mejorar la calidad de
vida de los vecindarios que a diario sufren las consecuencias del ocio
nocturno, critica con dureza que, una vez más, las cosas se estén haciendo sin
contar con su opinión. Y eso que, en el caso de la capital, existe un espacio
de diálogo en el que confluyen las asociaciones vecinales, los hosteleros y la
Administración municipal, la Mesa del Ocio, el lugar idóneo para abordar
propuestas como la adelantada por la presidenta regional. Ni que decir tiene
que el Consistorio que dirige Manuela Carmena no ha convocado a la mesa para
abordar una cuestión que afecta a miles de vecinos y vecinas.
A nadie se le escapa que detrás de la
modificación que la Comunidad de Madrid tiene previsto incluir en la Orden de
Horarios de la región se encuentra la presión de lobbies empresariales como el
que promueve el Orgullo LGTB, que este año recogerá beneficios millonarios como
consecuencia de la celebración del Word Pride en Madrid. En sintonía con la
Coordinadora de Asociaciones Vecinales de Madrid Centro, que ayer emitió un
contundente comunicado en contra del cambio de la normativa horaria, la FRAVM
rechaza que, una vez más, se ponga el lucro económico por delante de la salud,
el descanso y el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas de Madrid. Por ello,
demanda a las administraciones municipal y regional abrir un debate honesto y
abierto que cuente con todos los actores en juego, y en primer lugar, con las
vecindades afectadas y sus asociaciones.
No podemos consentir que se sigan pisoteando
derechos elementales de las y los ciudadanos en virtud del beneficio económico
de unos pocos, ni que nuestras ciudades y pueblos se conviertan en parques
temáticos de fiesta y alcohol, para atracción de un turismo de masas que, en
algunas zonas, está obligando a los vecinos y vecinas a abandonar sus barrios.