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Jueves, 8 de Agosto de 2013

La nueva regulación de las terrazas enfrenta los intereses de vecinos y hosteleros en Madrid



La nueva Ordenanza de Terrazas y Quioscos de Hostelería y Restauración ha salido adelante con los votos en solitario del PP

La Plataforma de Vecinos de Madrid Centro augura problemas importantes de movilidad y un aumento del ruido


Alicia Rodríguez.
La Ley Antitabaco, que entró en vigor el 2 de enero de 2011, supuso un aumento del 40% en el número de terrazas en España. De un año para otro, su superficie de ocupación se incrementó en más de un 50% y el paisaje de las ciudades se transformó. Entonces, la franquicia especializada en la climatización de espacios abiertos DTCo, pronosticó que en 2014 el censo de terrazas rondaría las 150.000, el doble que las registradas en 2010, antes de establecerse la obligación de salir a fumar fuera de los establecimientos.

Con la proliferación de veladores, llegó también el incremento de las denuncias vecinales por ruido que, en tan solo unos meses, crecieron un 62% en ciudades como Madrid. En Mojácar (Almería), las quejas de los vecinos han llevado al Ayuntamiento de la localidad a prohibir jugar al dominó y a los dados en las terrazas de bares y cafeterías por “generar ruidos de impacto”. En su guerra contra el ruido, la ordenanza municipal establece restricciones en comportamientos en público “tales como cantar, hacer sonar instrumentos musicales, gritar o mantener conversaciones excesivamente altas”.


En Madrid, la nueva Ordenanza de Terrazas y Quioscos de Hostelería y Restauración, tramitada por vía de urgencia, salió adelante la semana pasada con los votos en solitario del PP y el rechazo de la oposición, que teme la “privatización” de la vía pública. El texto se ha publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid con el objetivo de introducir la corriente liberalizadora en el sector. “De acuerdo con la normativa europea”, ha señalado el portavoz del Gobierno municipal, Enrique Núñez.

Hasta ahora, sólo se permitía emplazar terraza a los establecimientos cuya actividad principal fuera la hostelería, pero la reforma amplía la posibilidad a hoteles, teatros, academias, tiendas, museos o gimnasios. Algunas de las medidas más controvertidas son la reducción del espacio mínimo para el paso de peatones de 3 a 2,50 metros y el permiso para instalar cualquier tipo de mobiliario y anclar ciertos elementos al suelo. Además, con carácter excepcional, podrá unirse la terraza a la fachada del establecimiento, lo que ha provocado quejas en el colectivo de ciegos. “Para nosotros, las fachadas son la principal referencia a la hora de desplazarnos y cada vez es más habitual la presencia de barriles o mesas altas junto a las puertas de los establecimientos”, explicaba en El Norte de Castilla el presidente del Consejo Territorial de la ONCE, Miguel Díez, en relación a medidas similares tomadas por el Ayuntamiento de Valladolid.

El perjuicio a la movilidad peatonal es para los vecinos de Madrid Centro el aspecto más negativo de la normativa, que permite a los hosteleros ocupar hasta el 50% del espacio donde instalen sus terrazas. Los residentes del distrito critican tanta permisividad en cuanto a la ocupación de plazas y aceras. “Existe una escasísima protección hacia los intereses de las personas con dificultades de movilidad, aumentando los obstáculos para quienes van en silla de ruedas, caminan con muletas o personas ciegas”, señala el portavoz de la Plataforma de Vecinos de Madrid Centro, que aúna las quejas de las asociaciones vecinales de la zona de Chueca, Plaza Mayor, Ópera-Austrias, Cavas-Costanillas y Plaza Santa Ana.



Saturnino Vera, presidente de la Asociación de las Cavas y Costanillas, destaca que con la recién estrenada normativa un mayor número de establecimientos tendrán la opción de instalar una terraza y censura que este aumento de veladores no contemple una disminución de horario. “Para que se pueda compatibilizar el descanso de los vecinos con el negocio de los bares”, puntualiza.

La Plataforma de Vecinos de Madrid Centro denuncia un trato de favor hacia los hosteleros: “La discriminación positiva que hace Ana Botella en favor de este colectivo es tal que, por ejemplo, una frutería o una librería no podrán trasladar su actividad comercial, infinitamente más inocua para la salud pública, a calles y plazas. Los bares sí”.

En relación a las tasas que estos locales deberán pagar por poder disfrutar del espacio público, los vecinos aseguran que son “ridículas” y publican una comparativa con lo que le cuesta al ciudadano de a pie aparcar en la vía pública del centro de la ciudad. “Pese a que se trata de una actividad de interés general, como es la movilidad, resulta que el ayuntamiento cobra del orden de 350 euros al año por metro cuadrado. Por otro lado, los hosteleros sólo pagarán entre 10,8 y 73,2 euros al año por metro cuadrado, dependiendo de la calle”, detallan.

Las farmacias y hosteleros también protestan

Por su parte, la delegada de Hacienda, Concepción Dancausa, ha defendido que el texto se limita a aplicar la directiva europea al respecto y “tiene muy en cuenta el bienestar de los vecinos”. Durante el breve período de información pública, debido a su tramitación por vía de urgencia, se han presentado 32 escritos con 427 alegaciones. La Plataforma de Vecinos de Madrid Centro asegura que sus 39 comentarios han sido rechazados y niegan que hayan contado con ellos en algún momento del proceso.

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid también ha solicitado cambios en el borrador. Luis González, secretario del Colegio, cuenta que, en algunos casos, la visibilidad de las farmacias se ha visto perjudicada por la instalación de estas terrazas en las aceras. “Hemos pedido que tengan en cuenta para la autorización de estos espacios que nuestras oficinas son establecimientos sanitarios, por lo que debe garantizarse su accesibilidad y visibilidad”, apunta González. El colectivo también ha demandado que se considere “la cuestión de los humos” provenientes de estos veladores en el entorno de las farmacias. En este caso, el Ayuntamiento ha admitido todas las alegaciones, por lo que el secretario del Colegio se muestra satisfecho.

 Los grandes beneficiados de la reforma, los hosteleros, también tiene queja. “Se trata de un texto muy rígido”, apunta un portavoz de la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración (AMER), que sí considera que supone un “importante avance respecto a la ordenanza de 2006”. El itinerario peatonal y el ancho de la vía son dos de los principales motivos de queja de esta asociación.

Desde la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid La Viña, reivindican que se permita la colocación de mesas altas en la entrada de los locales cuando éstos no puedan tener terraza, “con el fin de no discriminarlos respecto al resto de establecimientos que sí pueden”. Al igual que AMER, consideran que el espacio de acera que debe quedar libre para el tránsito de los viandantes es suficiente con 2 metros y solicitan que se contemple la posibilidad de ocupar, temporalmente, el espacio de aparcamiento de vehículos frente al establecimiento, colocando unas plataformas móviles sobre las que se instalaría una terraza.