Un
año más terminó el rentable e ilegal botellón que en Chueca nos
organizan los comerciantes de la noche de AEGAL con el beneplácito de la
alcaldesa Botella, y la subvención de vicealcalde Miguel Ángel Villanueva. A
estas horas estarán ya contando los euros y repartiéndose el botín. Nosotros,
de vuelta a nuestras casas de las que nos obligan a salir año tras año, y a nuestra vida
en nuestro barrio con las calles atufadas y el alcantarillado público atascado
de cachis y latas, entre otros tantos daños colaterales.
Este
año el botellón contó con la ilustre presencia del vicealcalde de Madrid,
como pudimos ver en la prensa, al que imaginamos que la cochambre que se monta
por aquí le debe de resultar atractiva y muy de su gusto. Al fin y al cabo, lo
organizan conocidos suyos, y él mismo la subvenciona y defiende. A nosotros,
simples vecinos que no negociamos con la noche, nos parece que no corresponde
con el cargo que ocupa. Que para eso es mejor que se vaya a su casa.
Como
insistimos, año tras año, el Orgullo Gay de Chueca es un evento privado
con ánimo de lucro e ilegal. Basado única y exclusivamente en la venta y
consumo masivo de alcohol en la vía pública - cosa que es ilegal salvo que
se trate de terrazas de veladores o fiestas patronales, y no es el caso - para
lo que se instalan escenarios que escupen decibelios que amenizan y incitan a
consumir más y más. Razón ÚNICA para los que lo organizan.
Señalar
que este negocio ilegal cuenta con el visto bueno implícito del ayuntamiento
- lo cual es claramente una irregularidad administrativa por omitir sus
responsabilidades - quien concede en monopolio el uso del espacio público a los
comerciantes que lo organizan; a sabiendas de que lo revenderán
a otros comerciantes, imponiendo
condiciones tales como la compra de determinadas cantidades de bebidas a sus proveedores
al precio que ellos mismos fijan, etc.
Como
novedad, nuestra alcaldesa, quien siempre adorna su discurso con
términos como legalidad y vecinos, tuvo
la gentileza de hacer la vista gorda y gruesa a los organizadores para que
programaran actuaciones musicales con amplificación y superaran los niveles
acústicos legales que la ordenanza del ruido limita, siendo esta ordenanza
de obligado cumplimiento, en la plaza de Chueca. Tal y como sabíamos que
iba a suceder, y tal y como demostró el diario El Mundo que así sucedió.
La conclusión
es que los máximos responsables políticos del ayuntamiento no sólo incumplen
con su deber de proteger a los ciudadanos sino que incumplen y no hacen cumplir
las normas administrativas obligatorias. Y así lo denunciaremos, allá donde
sea necesario, una y otra vez.