Querido vecino Alberto Ruiz-Gallardón, le ruego me permita la licencia de dirigirme a usted en estos términos de proximidad.
Quiero trasladarle todo nuestro apoyo y solidaridad ante el desagradable incidente del que usted y su familia fue objeto la pasada noche. Nada, absolutamente nada, justifica que los ciudadanos de nuestra ciudad se comporten de manera semejante. Ni con usted ni con cualquier otro ciudadano.
Es intolerable que se hagan convocatorias descontroladas donde se alientan y alimentan proclamas y bajas pasiones con el firme propósito de embrutecer a los convocados, a sabiendas de que no se podrá controlar las consecuencias de pueden tener. Yo mismo, por el papel que desempeño entre nuestros vecinos, estoy siendo objeto de amenazas.
Sin extenderme más, porque sobran las palabras, quiero que sepa que estamos a su entera disposición.