Muy señor mío:
Con cierto estupor somos testigos del acuerdo por medio del cual los organizadores del MADO se han salido con la suya en su empecinamiento por hacer de la Plaza de Chueca epicentro de las fiestas. La artimaña de la fiesta silenciosa estaría bien si esto fuese una ópera bufa, pero nada más. Sí entendemos que esta idea les ha dado a usted y a su concejala Ana Botella (que, por cierto, durante estos días fue largamente insultada por los mismos a los que hoy reparte sonrisas) argumentos para colocarse una venda en los ojos y caer, un año más, en la tremenda irresponsabilidad de autorizar la celebración de una fiesta marcada por la absoluta falta de respeto a las normas de convivencia y, lo que es peor, a cualquier medida de seguridad.
Entiendo que esté satisfecho de haber llegado a una solución de supuesto consenso, pues ha soportado muchas presiones durante estos días. El miedo, señor alcalde, es libre, y cada uno tiene el que quiere. Lo que nos resulta más difícil de entender es que ese miedo le haya llevado a ignorar todos los protocolos de seguridad de una ciudad civilizada.
Los organizadores del MADO se empeñan en convertir la Plaza de Chueca en base de los festejos. La Plaza es un recinto relativamente pequeño (mide menos de mil cuatrocientos metros cuadrados) y durante cuatro días en él se dan cita miles y miles de personas, muchas más de las que aconsejan el sentido común y cualquier norma técnica de seguridad.
La especial configuración urbana de la Plaza, unida al hecho de que su principal salida esté cortada por un escenario, hace que su evacuación sea prácticamente imposible en caso de emergencia. Tampoco es viable la llegada de ambulancias ni de fuerzas del orden. Si hubiese un altercado, las miles de personas congregadas convertirían el recinto en una trampa mortal. Hay precedentes, señor alcalde: ¿tenemos que recordarla la tragedia del Love Parade en Alemania en el año 2010?
Nos hemos cansado de informar de estos hechos. Hemos dado cifras, datos. Hemos señalado que durante las fiestas se incumplen sistemáticamente las medidas que reclama protección civil para actos que congreguen a más de 20.000 personas. Usted ha preferido escuchar a quienes tienen en el MADO su negocio. Es su decisión. Pero sepa que por esta carta le hacemos a usted directamente responsable de lo que pueda ocurrir en esta edición de la fiesta. Y no hablamos, señor alcalde, de responsabilidad política, sino de cualquier responsabilidad jurídica...
El alcalde de Duisburgo ha sido procesado por los incidentes de la Love Parade. En caso de que, la suerte no lo quiera, la celebración del MADO en Chueca derive en un problema de orden público, utilizaremos la misma energía que hemos empleado en prevenirle en hacer que siga usted los pasos de su homólogo alemán. Cuando cientos de personas fueron aplastadas y decenas murieron, las autoridades de Duisburgo dijeron que la tragedia no podía preverse. Usted no podrá aducir lo mismo.